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Córdoba, Argentina
Revista Cordobesa

lunes, 2 de enero de 2012

Música para la infancia


El Movimiento de Música para la Infancia (Momusi) surgió hace 15 años con el objeto de aglutinar  a grupos musicales que se dedican a componer, interpretar y difundir música para chicxs. Sin caer en propuestas meramente didácticas o comerciales, los grupos que lo integran proponen un repertorio de calidad estética relacionado al mundo infantil.
 Pensar en la canción infantil y su origen nos remite en primera instancia a la canción de cuna. Seguramente es la canción de arrullo la primera manifestación cantada dedicada a los más pequeños. Luego, surge vinculada al juego: de manos, de movimientos, como rimas de sorteo. También ha servido desde tiempos remotos para contar historias y para acompañar las actividades cotidianas. Las canciones infantiles, como el arte todo, son una expresión de la cultura de cada pueblo, de cada civilización.
En las últimas décadas surge la canción infantil como lo que podríamos denominar una “especialización” dentro de la música en general, adquiriendo un rango de profesionalización nuevo. Es decir, ya no es algo espontáneo que acompaña al juego  u ocasional en el repertorio de un compositor determinado, sino una propuesta pensada y elaborada para ese grupo etario en particular y que supone el conocimiento de sus intereses, su psicología, y una estética poético-musical a la que responde. No podemos dejar de mencionar a María Elena Walsh y su obra como un antes y un después en nuestro país, dentro del repertorio para chicxs.
En la actualidad, podríamos decir que la canción infantil se clasifica en  tres líneas principales de desarrollo. Si bien es habitual encontrar cruzamientos entre estas  áreas –es difícil pensar en compartimentos estancos-  consideramos útil  clasificarlas para una mejor comprensión de sus principales características. No lo hacemos con el objetivo de emitir juicios de valor sobre ellas, sino simplemente para reflexionar sobre las distintas posibilidades de abordaje.
Por un lado existe una corriente que considera al niño como un potencial consumidor de productos artísticos y recreativos y, desde esta perspectiva, produce una canción infantil que acompaña a dichas propuestas y que incluso tiene un lugar de protagonismo en su desarrollo. En esta línea podemos situar a todas las producciones vinculadas a las realizaciones mediáticas: dibujos animados, programas televisivos, películas, personajes infantiles y no tanto, que junto al objeto principal ofrecen una gran variedad de sub productos como discos compactos, rompecabezas, juguetes, vasitos, cartucheras, libros de cuento, remeras y cuanto se les pueda ocurrir. En general las producciones son de excelente calidad técnica. Se suele convocar a prestigiosos compositores, intérpretes  o arregladores que aportan sus conocimientos en general, pero aplicados al mundo infantil.
Una segunda corriente está vinculada al mundo educativo, a la voluntad de que la canción se utilice con fines didácticos. Para enseñar a guardar las cosas en su lugar, para aprender las tablas de multiplicar, para conocer las notas musicales, los colores. La canción educativa procura en principio conservar las características de simpleza y sencillez  que propone la canción espontánea, para no distraer del objetivo primordial. Este repertorio está desarrollado principalmente en el ámbito escolar, como una herramienta del proceso educativo y generalmente es propuesto por especialistas en educación musical.
La tercera corriente está vinculada a la búsqueda de una canción infantil con valores  en sí misma, es decir despojada de fines extra musicales. No procura enseñar nada ni vender nada: simplemente proponer un repertorio de calidad estética relacionado al mundo infantil. En esta búsqueda, hay también una gran variedad, aquellos que procuran  la conservación de un repertorio tradicional, los que intentan  renovarlo, quienes se sienten expresión de una cultura musical actual. La mayoría de sus representantes  se dedican a esta actividad como una  elección dentro del mundo musical, no como algo ocasional. Esto hace que además de la producción discográfica, se plantee una nueva propuesta: la música que se sube al escenario.  Se han desarrollado en los últimos años –de la mano de esta línea de trabajo y de la primera que mencionamos en esta clasificación- propuestas de recitales para la infancia que contemplan una gran amplitud de criterios: desde el modelo de trovador que se acompaña de su instrumento,  a puestas en escena que incluyen luces,  juegos teatrales, vestuario y hasta proyección.
Movimiento de Música para la Infancia
Si bien mencionamos a María Elena Walsh como un punto de inflexión en la música infantil de nuestro país, desde hace  unos 25 años el género ha transitado un camino de crecimiento constante.
Asociados en una línea de trabajo que está vinculada principalmente a la tercera corriente antes mencionada, grupos como Los musiqueros, María Teresa Corral, el Conjunto Pro Música de Rosario, Sonsonando,  Luis María Pescetti, La Chicharra, Indio Universo, Raúl Manfredini y Caracachumba vienen desarrollando desde hace muchos años una intensa actividad vinculada a la canción para la infancia.
Hace 15 años, surge el Movimiento de Música para la Infancia (Momusi), con el objeto de aglutinar  a grupos musicales que se dedican a componer, interpretar y difundir música para  chicxs.  Los integrantes de Momusi  - más de 20 en la actualidad-  brindan a la comunidad infantil y a sus familiares el acceso a diversas actividades musicales que propician la creatividad, el juego y la participación, cuidando la calidad del contenido poético-musical y favoreciendo el respeto a la etapa evolutiva del niño.  
Y por Córdoba, ¿cómo andamos?
El movimiento en Córdoba no es menor.  A fines de 2009 nace Momusi Córdoba como respuesta a la necesidad particular de la infancia de nuestra provincia, relevando entre los artistas locales a aquellos que se interesan en promover los siguientes objetivos:
  • Favorecer el desarrollo de la música para los niños y niñas de la provincia de Córdoba.
  • Propiciar una mayor presencia de la música infantil en la provincia como una actividad artística profesionalizada.
  • Crear ciclos, circuitos y espacios de difusión y circulación de las propuestas vigentes en la ciudad de Córdoba y en el interior de la provincia.
  • Promover una canción infantil de calidad.
  • Favorecer el crecimiento constante de las propuestas actuales a partir del intercambio fraterno y maduro de los artistas involucrados en el movimiento.
Desde su creación a la actualidad, MomusiCba ha desarrollado una intensa actividad, que incluye ciclos de música infantil en el Cine Municipal de Unquillo, en la ciudad de Villa María, en el Centro Cultural La Fábrica y en el Centro Cultural España Córdoba. Asimismo, ha realizado un ciclo de presentación de discos dentro del programa Disco es Cultura, en el Teatro Real de nuestra ciudad: “Disquito es Cultura”, en el que se presentaron 5 nuevos discos producidos íntegramente en nuestra provincia y destinados al público infantil.
Actualmente está integrado por nueve  grupos: Piedra, Papel, Tijera y Raúl Manfredini, de Villa María; La Carreta, Coqui Dutto y Tres tigres teatro, de la ciudad de Córdoba; Abriendo rondas y Los Tinguiritas, de Unquillo; Tribumadre de Agua de Oro y La Rimbombanda de San Marcos Sierras. Cada uno de ellos plantea búsquedas estéticas y repertorios propios.

La música para la infancia se encuentra en constante crecimiento y replanteo de  objetivos, formas de difusión, criterios estéticos.  Es difícil pensarse sin un público que asista y acompañe, ya que las  propuestas  son sin duda el resultado permanente entre el que hace y el que recibe. De allí el compromiso compartido entre quienes se dedican a la infancia y los adultos que acompañan a los niños, es decir quienes eligen, en definitiva, entre las diferentes propuestas.

Es importante recordar que no siempre las ofertas de mejor calidad se encuentran en la bateas de venta de las grandes cadenas de distribución ni en los grandes escenarios. El desafío como adultos interesados en proponer lo mejor para nuestros hijxs, es no conformarnos con lo primero que nos ofrecen, sino mantener viva la curiosidad y el deseo de buscar. Nada más cercano a sentirnos también en nuestra esencia de niños.
Susana "Coqui" Dutto

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