El fenómeno se produce durante
cada primavera, lo que permite el paso de radiación ultravioleta perniciosa
para la vida. Es potenciado por la liberación de determinados gases artificiales
El ozono (O3) es un gas compuesto por tres átomos de
oxígeno. En la parte baja de la atmósfera (tropósfera) este gas es nocivo,
porque es muy reactivo. Sin embargo, en la estratósfera (de 12 a 35 km de
altura), el ozono es imprescindible, ya que filtra la radiación ultravioleta que, de otra manera,
llegaría hasta la superficie terrestre, generando mutaciones. El ozono se forma
continuamente por acción de rayos ultravioletas de alta energía sobre el
oxígeno (O2), y se destruye por acción de los rayos ultravioletas de
baja energía, en un ciclo que impide el ingreso de esa radiación letal para los
seres vivos.
En la primavera, en particular en octubre, se produce una
disminución de la mitad a 2/3 del ozono estratosférico ubicado sobre la Antártida.
Esta destrucción masiva del ozono se debe a tres factores:
- La
formación de un vórtice (torbellino) de vientos estratosféricos de
bajísima temperatura, que con su rotación a alta velocidad impide que ese
aire se mezcle con el circundante, constituyendo así un sistema cerrado.
- Los
gases contaminantes que libera el hombre, como los CFC (clorofluorocarbonos,
compuestos por carbono, cloro y flúor, usados en heladeras y equipos de
aire acondicionado), halones (similares a los CFC pero con bromo en vez de
cloro, usados en extintores) y bromuro de metilo (usado para esterilizar
el suelo). Todas estas son moléculas muy estables, y recién se descomponen
cuando llegan a la estratósfera, por acción de la radiación ultravioleta,
liberando cloro y bromo, que son catalizadores de la destrucción del
ozono. En la estratósfera, cada átomo de cloro puede catalizar la
destrucción de 100.000 moléculas de ozono, hasta sufrir alguna
transformación química que le permita llegar a la tropósfera y ser
arrastrado por las lluvias.
- La
presencia de un tipo de nubes muy particulares, llamadas “Nubes Estratosféricas
Polares”, que se forman en el invierno antártico (por debajo de los 78º C
bajo cero). Estas nubes están formadas por partículas constituidas por agua
y ácido nítrico. Son importantes porque en su superficie, el cloro y el
bromo, que normalmente están en moléculas inocuas para el ozono -por
ejemplo ácido clorhídrico (HCl) y ácido bromhídrico (HBr)- reaccionan para
formar las llamadas especies activas de cloro y bromo, por ejemplo monóxido
de cloro (ClO) y monóxido de bromo (BrO), que catalizan la rápida
destrucción del ozono en presencia de la luz solar.
Para limitar
la producción de gases agresivos al ozono, se firmó en 1987 el Protocolo de
Montreal, que se ha mostrado eficaz para ir frenando las emisiones de gases que
afectan a la capa de ozono. Fuera de las acciones globales, cada ciudadano debe
utilizar y recargar las heladeras y los acondicionadores de aire con productos
que no contengan CFC. Y por cierto, protegerse de la radiación solar, porque
puede traer consecuencias perniciosas para la salud.
Por
Biól. Prof. Federico Kopta
Fundación ACUDE - Ambiente, Cultura y Desarrollo
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